En esta Guía de Cuenca queremos contar nuestras experiencias por esta maravillosa zona. ¡Cuenca se ve bien!
Pero aprovechando la nueva etapa del blog y para empezar con actitud entusiasta y positva pondremos la otra mejilla, y voy a contar porque dicen que se disfruta tanto cuando te pones mirando para Cuenca.
Uno de los viajes que más me impresionó el año pasado fue el que hicimos por el Alto Tajo (Guadalajara) y el cual también comentamos como se merecía. En mi opinión El Alto Tajo y la Alcarria Conquense son unas zonas libres de la masificación turística y que guardan todo el encanto de la naturaleza, los pueblos y las gentes.
Además llevaba tiempo detrás de este viaje porque un amigo me recomendó mucho ir a Cuenca, hace poco estuvo y me hablaba maravillas de esa ciudad, su cnatante favorito era Perales, y tal vez por eso le gustaba tanto Cuenca. En el fondo los lugares nos gustan por los recuerdos. Y por ese mismo pensamiento, este viaje me ha servido para estar un poco más cerca de él, puede que suene estúpido pero creo que hay algo de nosotros en los lugares que visitamos, y por ello, si pudieramos elegir el sitio de nuestro descanso, seguro que sería en aquellos sitios en los que fuimos un poquito felices.
Con estas premisas era imposible no salir tocado de este viaje. La base la plantamos en Huete, un pequeño pueblo entre Tarancón y Cuenca que aunque aparentemente está lejos del encanto de la Serranía Conquense, sí es cierto que está muy cuidado, y merece la pena tomarse unos vino por ahí.
Al día siguiente fuimos hacia el norte dirección al nacimiento del Río Cuervo. Sin embargo pasado Beteta decidimos hacer una ruta, la de “Los Tilos” . Fue un paseo lleno de sorpresas ya que aunque era corta y empezaba llano con un suave paseo por una catarata artificial, la segunda mitad era todo cuesta arriba, llegando a un mirador de la Alcarria, y La Cueva de Armiño, muy bonito lugar, sobre todo por lo que nos costó llegar.
Después fuimos al Nacimiento del río Cuervo. Un lugar indispensable y más en esta época del año. Como la semana anterior había nevado, todo el camino estaba con nieve y en algunas partes hielo, lo que chocaba con el radiante sol con el que nos regaló el dia. Esto sin duda hizo más bonita la caminata, ya que mucha gente no quiso subir, y aunque parezca asocial, el campo se ve mejor sólo.
Después volvimos rumbo al Hotel “Los Borbotones” en Huete. Un cuidado hotel rural donde cenamos de lujo por un precio asequible. Muy recomendable.
Al día siguiente tocaba Cuenca Capital. Primero visitamos “La ciudad Encantada” Un surrealista lugar en medio del campo que parece un parque temático de domingueros y familias. No es que no recomiende la visita pero no esperéis nada de “encanto”, todo esta demasiado programado y forzado, aunque la verdad es que el que puso los nombres a las rocas se merece un respeto pro echarle tanta imaginación.
Luego en Cuenca disfrutamos de la subidita hacia el Castillo, y de unas de las mejores vistas desde el Puente que va al Parador y de la calle que va hacía arriba de la ciudad.
Desde el puente se ven las Casas Colgadas, típico reclamo turístico de Cuenca ya que son muy fotogénicas, y las pobres han aguantado estoicamente el paso de los años y las perrerías de la arquitectura moderna como el poste de la luz de la primera foto del artículo.
Cuenca sin duda es una ciudad infravalorada, y que estando tan cerca de Madrid merece la pena mucho visitar, por su gente, su comida y para buscar el verdadero encanto en los rincones más insospechados.
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Casas colgadas, no colgantes!!!
Corregido! Vaya fallo, mil perdones!